lunes, 1 de enero de 2007

1998-1999

I
Tengo qué: entonces
todo debo (¿porqué lo bebo?)
al fin aquí es todos los días.

Pretendo liberar al ser que galopa todo el día en el pecho, queriendo deshacer toda entraña para formarse como parte de aquello. No es que quiera renunciar, aunque así lo parezca, digo: soy:digo:nazco. ¿Por qué así?, los temores ceden, no se ahuyentan, al fin seré lo que quiero ser, y por lo que fue, comienzo a trabajar con el barro que aún fresco me erige desde la planta a la luz.

II
El día trajo deberes
de lo verde se salpica hasta el ojo
Me gana la tonada: me dejo caer
le pongo tu nombre a la jornada
para que entonces mis cielos
tengan razón de aparecer vestidos de tormenta.

III
Si pudiera hallar la voz precisa moriría
por eso quiero no encontrarla
caminar voluntariamente ciego
como el amor que madura
que se deja morir cada vez
porque hacia lo amado está todo
(habita allí)
porque hasta el respiro
es tan solo su reflejo.

IV
Azuzado el sentido me retiro hacia lo mío: lo que está adentro
Ignoro el próximo paso
no sé dónde es más
quiero llegar a temblar con esa luz que se desprende de cada acto
de todo paso a través del cual se separan como partes
lo que se vive y lo que te deshoja
permeados hasta el colmo con la prima gana de no quedar solo en algún intento
Dejo lo que fue
ahora (agua de ayer)
tomo el cuenco de lo que ha sido es y será
me lo guardo olvidando renacer

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