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XXIX
¿Sabes destruir árboles
o tal vez desencadenar bestias
para pensar que el momento por venir
será está ocasión
aún contra los vientos
acaso eres capaz de seguir la luz de una vela
cuando por tu lado pasan centellas
mientras te reconoces como otra posibilidad
tan solo
o tal vez
poseas el conocimiento que nos permita deshacernos del vestido
dejar ir lo que más se quiere
a cambio de aprender amando?
Aquí estoy.

XXX
Al parecer hasta hoy despertarte
aunque de igual forma volviste a quedar dormida
renovando el tránsito de tu pena
a tambor batiente
me callo
Habitas mi casa
a golpe de ayeres
como lo mío
(químera)
tomando del suelo alimento: de lo caído
para después extender los brazos al cielo
mudos como ojos
en pose
como rostro que nunca olvida una pena
como el ruido y lo concreto
como el tanto no te quiero
que como a mi te comparo
qué bueno que estás cerca...

XXXI
La posesión de este espacio
que de antemano es mío
me acongoja
Aflojo
me distraigo
y pronto todo otra nueva vez
maquillado de nuevo
busco la palabra para describirla
pudieran ser miles
pero aquí es entonces
el único momento que permaneceré
poca ira
sueño: me deshago.

XXXII
Si te admiro desfallezco
no acoplo mas sentido
luego me atraigo a ti
y apenas voy bajando de la última espina
tu talle
que presiona a que tu aroma se obligue en el espacio
se imponga hasta los límites de mi esfera
desde cuya ventana
observo aparecer el paso estremecedor
de tu nombre en el entorno
cuando a veces
se sincopa el corazón.

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XXIX
¿Sabes destruir árboles
o tal vez desencadenar bestias
para pensar que el momento por venir
será está ocasión
aún contra los vientos
acaso eres capaz de seguir la luz de una vela
cuando por tu lado pasan centellas
mientras te reconoces como otra posibilidad
tan solo
o tal vez
poseas el conocimiento que nos permita deshacernos del vestido
dejar ir lo que más se quiere
a cambio de aprender amando?
Aquí estoy.

XXX
Al parecer hasta hoy despertarte
aunque de igual forma volviste a quedar dormida
renovando el tránsito de tu pena
a tambor batiente
me callo
Habitas mi casa
a golpe de ayeres
como lo mío
(químera)
tomando del suelo alimento: de lo caído
para después extender los brazos al cielo
mudos como ojos
en pose
como rostro que nunca olvida una pena
como el ruido y lo concreto
como el tanto no te quiero
que como a mi te comparo
qué bueno que estás cerca...

XXXI
La posesión de este espacio
que de antemano es mío
me acongoja
Aflojo
me distraigo
y pronto todo otra nueva vez
maquillado de nuevo
busco la palabra para describirla
pudieran ser miles
pero aquí es entonces
el único momento que permaneceré
poca ira
sueño: me deshago.

XXXII
Si te admiro desfallezco
no acoplo mas sentido
luego me atraigo a ti
y apenas voy bajando de la última espina
tu talle
que presiona a que tu aroma se obligue en el espacio
se imponga hasta los límites de mi esfera
desde cuya ventana
observo aparecer el paso estremecedor
de tu nombre en el entorno
cuando a veces
se sincopa el corazón.

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XXIII
Me arrastro hasta el tono de tu voz
actualizo el sentimiento
denuncio la gana de deslizarme por tus pétalos
hasta saborear el dulce aroma de tu escencia
naciendo y derramándose sobre tus tallos
esfumando la espina que te guarada
en la fragil guarida de tus interminables huidas
Con el final empieza otra comedia
hasta aquí es donde
y por ti existo.

XXIV
Si
siempre desde aquí: acá
tratando de desmenuzar la mascarada
la idea ¿qué forma?
la mía
Me adentro toda vez
cada tiempo en el rigor del paso
para no escuchar la carcajada del miedo
catarata que golpea la cabeza
con martillos de recuerdo
hablanda ganas
y desaparece el pie
dentro de la tierra a la que a cada golpe
me une irremediablemente.

XXV
Me senté en el hecho
me deslicé desde la punta del iceberg
espina que salta de tu corazón
desde el ansia
por no romper el sueño de la esperanza
que desde ayer no encuentras en el hoy
En el hueco de tus manos
sin forma
como residuo de parto: yo
y tu perfume que permanece flotando en el aire
recordándo el huracán que pueden producir las ganas
de sentir otro poco de cariño.

XXVI
Francamente no encuentro
digo
parto
y soy parido por tantas cosas
que aún no logro dejar dentro de la piel
lejos de los hechos
Solo
puedo al fin recuperar mi nariz y la boca.

XXVII
Días vueltos casi de noche
diez puntos de ida
sobre cada mano algunas otras ganas
Hasta donde
y no voy a algún lugar
Ve las hojas
me cega su filo
faltas
lejos de ti
sobre mi
respiro
divago amarrado a la colina donde reina el ansia
ahí está la caída...
Aún sin caer
ya me quebró costilla.

XXVIII
Desde que percibo aquí
estoy
más ¿por qué la necedad?
El del espejo siempre el yo
yo el disfraz
el que ve tras estos orificios
el que se niega a abandonar la escena
sin importa que ya
haya concluido el acto.

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XVI
Quizás en trozos
por lo poco avanzo
me distingo más que yo que aquello
me pongo a temblar
¿Siempre he de preguntar?
¿Hasta dónde?
pues del camino que se hizo tras la espalda
la falta de ti
me convirtió en esto.

XVII
De espinas se carga su tallo: talle
Lija lasciva del no amor que me sostiene
mietras pretendo asir esta necesidad de perfumarme con tu perfume
que los cuatro pétalos de tu nombre cual sangre derraman
en las cavidades
que dejamos de nuestro pasos
como desino
eco
vida.

XVIII
Hace dos días comencé a brincar al otro lado
No
Me he senido bien:
me arreglé he dicho
para llevarme a cualquier lugar
no imito
¿Por qué entonces lloro?
Suplico luz para no ver lo demás
¿Acaso?
O ¿Para desearla más
con tal de poseerla más...?
Lo otro también es un disfraz
que se encarna en lo que soy
y me erige
dentro de este minúsculo universo
que llamo mi cabeza.

XIX
Si distraigo la razón
me convierto en ave
Si caigo de nuevo
en papel
No hago las cosas de nuevo
sino por viejo
que por no poder no escupe
babea.

XX
Quiero reescribir la historia
ya no
Me punza el sentido
desde aca no hay tope
todo sigue
cae que cae
dentro de cualquier lugar
excepto en la palma de la mano.

XXI
Me ondulo para igualar tu cinética
producto de tus ganas
de salir de ese inmeso hueco
desde donde mandas recados de urgencia
detrás de la máscara que al día le pones
al rostro
a ti
quién por tonto
se hace fuerte.

XXII
Más sin embargo
deletreando el poco espacio que puede
percibir el dentro antes del tamiz,
antes de este y aquel miedo
me encuentro volando
bajo la metáfora
el acto
Segundo posterior a las ganas de no atender la urgencia
decido que te amo
Aplico de nuevo tan solo la gana
que de tanto usarla no se que hacer con ella
para adentrarme a lo que al momento se llama ayer
y repasar fuera de este tiempo
qu mañana en el área de este pecho
existes circundante para señalarme o no
un rumbo.

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XV
Si en algo cabe fallar
Será en lo que no permanezca
Lo que no se ha de ir
Lo descifraré en honor a que lo lea
Huela, palpe, crea
Lo rapte como disfraz
Y lo vista como metáfora
De ataúd y nariz
Degustadora de almas

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X
A veces lo acepto por hecho
Entonces comienza a taladrar el sentido
Junto con lo que no logró madurar: el día
Que cayó en la tierra
Que quiere volar
Es: pues tiene miedo
Quiere huir para encontrar refugio en algún sitio
De este universo: nunca: otra vez: ¿qué?
Si todo sucede una sola vez, es
Cuando lo está siendo
Patrocinado por nuestras pequeñeces
Una, otra vez: siempre
Hoy no quiero estar ahí: aquí
Sino más bien caminando sobre arena: su piel
Derrumbando con el acto cada ojo y palabra
Que de sí me aleja.

XI
Por serlo me levanto a hacerlo
Dentro de esta atmósfera aun
No llueve
Sin embargo todo necea con permanecer húmedo
Otro día
Del cuál todavía
No quiero devolverle sus sabores
Porqué en el hoy
Está ausente el perfume de sus labios.

XII
Siento la conciencia
Hoy
Avanzo
Gracias al pie y a la rodilla
Dejan huella
Obligándome a renacer detrás
Siempre hacia delante
A algún rincón donde tal vez
En realidad no exista lo que sueño
Dispongo
¡Oh, de mí!
Diptongo.

XIII
Siempre
He de hallar una manera de no encontrarme
Me disloco
Sin embargo, todo obtuso
Sin arista, todo cala.

XIV
Me busco en la sombra de la nota
En el sentido de la voz
Que se clava hasta dentro donde yace la lluvia
Estrellada contra todo el día
Con destellos de mí
De ti en el segundo que aún no toca la nariz
Y ya se atora en la garganta por las espinas que el olvido
Le ha hecho nacer entre la lluvia
Amplificando el silencio que en tu ser
Jamás sonó a “te quiero”.

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V
Una hoja es la medida de lo que creo ser
más, me siento ahí: aquí, con algo entre las manos que debo descifrar, anunciar de nuevo
que me he librado de las las espinas que me clavan en el suelo
que no me dejan incorporarme completo.
Ausente: allá, mientras aquí
no hago más que tropezar con mis barbas cada vez
por hablar siempre de ya no estar en el suelo

VI
Divago entre lo que es y lo que creo es. Le doy importancia a los recuerdos, les permito estar desviando el curso de las cosas que se suceden más allá de esta nariz, por causales de la boca. Respiro para escribir de nuevo, más no se si lo hago por pretender que estoy ahí, naciendo desde ahí, hasta el hoy.
Limpio los deshechos del mismo vicio, ya cualquier número de veces y de la misma manera. Todos nos lavamos de vez en cuando la conciencia sabiendo que, necesitamos estar limpios para tener la próxima vez, un pretexto para asearnos.

VII
Pierdes algo o deseas que otro lo sustituya a dios, a que no lo encuentro, y persigo con la tinta de la mano para encontrar dolor en el acto, del cual quiero encontrarle la forma. Creo que desde ayer adoro lo de siempre, lo que no soy hasta no vencer las ganas de arrodillarme ante cualquier indicio de gana.
Aun no me atrevo a pronunciar tu nombre.
Siento que todavía es ajeno.

VIII
Sin necesidad me invento
Y ya está instalada dentro de cada partícula que me forma:
En la que reinas.
Ayer, pregunté como sería el hoy sin ti,
O parece que fue ayer, cuando me inventé queriendo.

IX
Dentro de este espacio: todo
De ello, pretendiendo ser parte
Pero siempre mes desuno
El principio: nunca
Intento ahí jugar con la palabra
Pues cada vez los vicios
Los siento más ligeros
Y los sueños menos prolongados.

X
Por no querer
Asesto en describirle
A cada dolor, la ansiedad
Adoro la partícula que me forma
Que se une desde dentro hacia fuera
Y viceversa
Atorada siempre en la idea de neblina
Disfraz perfecto que no quiero ser
Que toma la savia que de este viaje se derrama
Desde las heridas
Desde los laureles.

1998-1999

I
Tengo qué: entonces
todo debo (¿porqué lo bebo?)
al fin aquí es todos los días.

Pretendo liberar al ser que galopa todo el día en el pecho, queriendo deshacer toda entraña para formarse como parte de aquello. No es que quiera renunciar, aunque así lo parezca, digo: soy:digo:nazco. ¿Por qué así?, los temores ceden, no se ahuyentan, al fin seré lo que quiero ser, y por lo que fue, comienzo a trabajar con el barro que aún fresco me erige desde la planta a la luz.

II
El día trajo deberes
de lo verde se salpica hasta el ojo
Me gana la tonada: me dejo caer
le pongo tu nombre a la jornada
para que entonces mis cielos
tengan razón de aparecer vestidos de tormenta.

III
Si pudiera hallar la voz precisa moriría
por eso quiero no encontrarla
caminar voluntariamente ciego
como el amor que madura
que se deja morir cada vez
porque hacia lo amado está todo
(habita allí)
porque hasta el respiro
es tan solo su reflejo.

IV
Azuzado el sentido me retiro hacia lo mío: lo que está adentro
Ignoro el próximo paso
no sé dónde es más
quiero llegar a temblar con esa luz que se desprende de cada acto
de todo paso a través del cual se separan como partes
lo que se vive y lo que te deshoja
permeados hasta el colmo con la prima gana de no quedar solo en algún intento
Dejo lo que fue
ahora (agua de ayer)
tomo el cuenco de lo que ha sido es y será
me lo guardo olvidando renacer