jueves, 1 de mayo de 2008

Dios (II)

Dios me pidió sacrificar un hijo
Sacrifiqué al más pródigo
Aquel que demostró más vida
Que por libre era hermoso
Que aunque pequeño demostró ser grande

Me ceñí al sentimiento
Cerní sobre la mesa las opciones
Consideré el carácter y las formas
Le pregunté si me amaba
Cuando dijo sí
Me confié en su espíritu
Luego
Abrí la puerta del infinito vasto

Confió en mí hasta ese último instante
Me miró los ojos: no me vi en su mirada
Me callé por dentro
Me ausenté
Hallé la roca
Despacio me acerqué sin ganas
Suspiré para ver si me aliviaba
Se formó un silencio
Se congeló el instante
Le tomé del cuello y me ofrecí en su alma

Temblando todavía tecleo
Inmolé mi amor
Mis sentimientos
Me hice de sal
De creencias por errores y aciertos
Pero sé que los mejores campos
Son donde haya habido muertos
Que los justos cargan las penas de los pecadores
Y que los otros jamás aprenden con el ejemplo

En la naturaleza humana no más creo
Por eso lo hice así
Porque me deja la esperanza del ciego
El instinto se impondrá
Encontrará el sendero
Entonces apagaré la vela que en aquel instante encendí en el pecho
Cuando creí en dios
En mi amor
Y en todo lo que de mí
Aun no se ha deshecho